lunes, 28 de abril de 2014

Victoria en el Molinón

 Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Tito Vilanova y del padre del ex rojiblanco Pablo Álvarez.

El Sporting continúa vivo. Los rojiblancos tiraron de oficio para imponerse al Lugo y detener la racha de cuatro jornadas sin conocer la victoria. Si el partido prometía espectáculo ofensivo ante el cambio de sitema de Sandoval para reunir a Scepovic y Lekic en el área, la posesión lucense hizo que la mayor virtud se encontrara en la labor defensiva. Los rojiblancos supieron sufrir para obtener un triunfo vital para mantener la confianza en alcanzar el objetivo. Un primer paso que se traduce en la vuelta a los puestos de promoción, al menos, temporalmente. El Sporting seguirá en el "play-off" si Murcia o Recre no consiguen ganar hoy.

Sandoval conservó lo visto en el último ensayo. Lekic y Scepovic partieron en punta de ataque, en esta ocasión juntos, con dos líneas de cuatro a sus espaldas. Un planteamiento que mermó la construcción del juego para fortalecer la pegada. La idea facilitó la batalla en el centro del campo al Lugo. Y es que disputarle la posesión a los de Quique Setién sin Nacho Cases era casi una guerra perdida. Razón de más para arriesgar con los serbios. Ahí empezó a ganar el partido el Sporting, que supo entender desde el primer momento el carácter sacrificado de la cita. Los gallegos, acostumbrados a resolver a través de un fútbol combinativo, no tardaron en reivindicarlo. Tuvieron el balón, pero se dejaron las ocasiones en casa.

Mientras el trivote lucense, integrado por Rafa García, Seoane y Pita, se llenaba de balón, los rojiblancos aguardaban al acecho en busca del mejor camino hacia Lekic y Scepovic. En tiempos de urgencias, poco le importaba lo estético al Sporting. Quedó en manos de un rival sin apreturas que sueña con la promoción tras dejar encaminado el objetivo de la permanencia. La sorpresa fue encontrarse con que el sentido del equipo fue más allá de que los serbios cazaran una en el área. La solidez defensiva, consiguiendo dejar por segunda jornada consecutiva la puerta a cero, fue la verdadera clave del tantas veces buscado triunfo.

Las ayudas en la presión, las coberturas a los laterales y la sobriedad de Bernardo y Luis Hernández para que Renella pasara desapercibido se convirtió en el primer paso para crecer. El Sporting confió en detener al Lugo en tres cuartos de campo, y en ocasiones lo consiguió. Cuando el rival fue capaz de superar esta barrera, la respuesta del centro del campo y la defensa fue solidaria. Hasta el punto de que el Lugo hizo su primer disparo entre los tres palos alcanzado ya el minuto diez de la segunda parte. Una evidencia del compromiso del equipo, acomodado a esperar a que sus máximos goleadores sacaran las castañas del fuego.

El Lugo respondió a la atrevida apuesta de Sandoval con una defensa adelantada que hizo vivir a Scepovic en permanente fuera de juego. El resto de balones a la delantera se toparon con un Lekic a quien Jorge y Pavón le ganaban todos los balones por alto. Sergio, arropado por un intenso Mandi, apareció entonces para sumar a su derroche en labores de contención cierto criterio en el centro del campo. Sus balones a la espalda de los laterales fueron sinónimo de peligro. Especialmente cuando Isma López tomaba parte en la jugada. Los de Quique Setién empezaron a dar cierta muestra de debilidad en la zaga. Demasiado ocupados en mantener bien vigilados a los serbios, acabaron cediendo los dos goles que dejarían los tres puntos en El Molinón. El Sporting demostró que no todo depende de los serbios. O, por lo menos, que también se puede vivir sin esperar individualidades.

A los ocho minutos, el Sporting ya pudo ponerse por delante. Lekic se sacó de la chistera uno de esos recursos que le hacen peligroso hasta en el juego de espaldas. Presionado por la zaga visitante, a la media vuelta encontró hueco para aprovechar la carrera de Isma López. El navarro pecó de egoísta. Optó por el disparo cuando Scepovic esperaba en el punto de penalti para remachar. Su remate, con muy poco ángulo de tiro, se fue demasiado alto.

Con un Lugo mandón y un centro del campo en el que sólo Sergio intentaba desatascar una circulación imposible, la solución era el juego largo o los robos de balón en tres cuartos del campo. Esta última arma llevó al Sporting a sumar una nueva ocasión. Jorge evitó al borde del área pequeña que un centro envenenado de Isma López acabara empujado por Scepovic a la red. El plan empezaba a dar sus frutos, minando la moral de los de Quique Setién, confiados en su propuesta de principio a fin.

Sólo la rigurosidad del juez de línea, que acertó en sus decisiones a excepción de un fuera de juego señalado a Isma López cuando avanzaba solo por el costado izquierdo del área, separaba al Sporting de adelantarse en el marcador. Una nueva internada por el carril zurdo, el único productivo en ataque, tuvo premio. El despeje de Jorge a la frontal del área se encontró con una volea en semifallo de Mandi, prolongada por un cándido Pavón que acabó en pies de Scepovic. Dani Mallo respondió saliendo a sus pies, pero la pelota salió mordida e Isma López empujó el tanto que daba sentido al fútbol práctico aplicado por los rojiblancos.

La segunda parte deparó más de lo mismo. En esta ocasión, con un Sporting mucho más dedicado a proteger el resultado. Alimentó esta idea la entrada de Álex Barrera por Lekic para recuperar el esquema habitual. El de Viella ocupó la media punta y Scepovic se quedó como único punta. Sandoval buscó reabrir el carril diestro con la entrada de Guerrero por Santi Jara, despedido con silbidos por un Molinón que le recordó su absurda expulsión enl Sabadell. Mientras, Quique Setién acumulaba cambios ofensivos. La entrada de Pablo Sánchez por De Coz fue uno de ellos y casi dio el empate en un balón pasado de Iago Díaz que el gallego cruzó en exceso. A diez minutos del final, Scepovic sentenció con la ayuda de la zaga visitante. Un control del serbio, a saque de falta, otra vez, de Isma López, se convirtió en inesperado autopase. Superó a Jorge y fusiló el segundo. Hubo tiempo para un disparo al palo de Pablo Sánchez. Para entonces, el Sporting ya había atado la victoria.
Foto: Comercio Digital
Fuente: Lne


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