Vince Lombardi fue un legendario entrenador de fútbol americano, de ascendencia italiana, que dejó con su fallecimiento en 1970 un importante legado de experiencias a disposición de las nuevas generaciones
JAVIER BARRIO | GIJÓN..-
Vince Lombardi fue un legendario entrenador de fútbol americano, de ascendencia italiana, que dejó con su fallecimiento en 1970 un importante legado de experiencias a disposición de las nuevas generaciones. Eran enseñanzas condensadas en pequeñas pinceladas verbales que con el paso de los años, lejos de perder color, perduraron y mantuvieron su vigencia hasta nuestros días en el desarrollo profesional de infinidad de entrenadores: «Es más importante sostener la confianza del jugador que su afecto». Fue una de sus reflexiones más célebres. Y no es que los técnicos actuales no traten de cultivar lo segundo. Manuel Preciado, por ejemplo, se hartaba de defender que «si puedo generar una amistad con un futbolista no lo dudo un momento». Pero en la mayor parte de las ocasiones parece muy complicado armonizar una cosa con la otra y mantener ambas vivas.
El ejemplo más gráfico de la confianza en el fútbol es la titularidad. Once de gala, alineación tipo, bloque de confianza... Hay un amplio y rico repertorio de expresiones para referirse al grupo humano más manido y utilizado por un entrenador en el campo a lo largo de una temporada. José Ramón Sandoval parece haber encontrado el suyo después de una larga búsqueda que comenzó la pasada campaña. «Voy a apostar por la continuidad en el once. Así va a ser este año. Si retiro a un jugador a la mínima que falla le voy a quitar confianza. Cada uno tendrá su momento», avisó en la víspera del encuentro frente al Eibar, aunque ya se había adelantado en el campo.
Cuéllar; Lora, Bernardo, Mandi, Canella; López Garai, Bustos; Isma López, Barrera, Hugo Fraile; y Scepovic. Es el once que recita de carrerilla cada aficionado cuando, más allá de las preferencias personales de cada uno, retrata la forma que Sandoval tiene de gestionar sus recursos. Puede resultar contradictorio, pero lo curioso es que, pese a la claridad que hay sobre el equipo base, el técnico de Humanes no había podido reunir la totalidad de ese grupo de futbolistas dentro de un mismo once titular hasta el sábado pasado en Soria. La explicación, que nada tiene que ver con la duda de la elección, se revela a través de diferentes circunstancias, desligadas del puro criterio técnico.
Isma, Canella y Mandi
La puesta a punto de Isma López, la lesión de Canella y la sanción de Mandi han ido postergando e imposibilitando que Sandoval pueda repetir equipo. Hasta el momento no lo ha hecho y el domingo tampoco lo podrá hacer por el viaje internacional de Scepovic. La presencia de Lekic en el ataque volverá a suponer una extraña curiosidad: la novena alineación diferente del técnico en nueve partidos. Carne para la estadística. Pero, independientemente de la anécdota, resulta innegable resaltar que Sandoval ha encontrado un esquema estable. Lo refrenda el simple hecho de que cada vez que ha tenido a su disposición a uno de estos once futbolistas lo ha utilizado.
Canella (394 minutos) e Isma López (399) parten con un ligero déficit de minutos con respecto a sus compañeros por la tardía entrada en el once de ambos, pero el resto de futbolistas que integran el once tipo superan de forma holgada un mínimo de 500 minutos. En un vistazo general, Sandoval ha utilizado una veintena de futbolistas en las ocho jornadas que se han consumido del calendario de Segunda, dentro de una plantilla de veintiséis miembros, pero cinco de ellos han estado por debajo de la barrera de los 100 minutos, lo que les confiere hasta la fecha un papel casi anecdótico. Cuéllar (759), Lora (759) y Bernardo (759) han sido los intocables hasta el momento por Sandoval y los avatares de la competición, seguidos de Scepovic (723), López Garai (697), Bustos (671), Mandi (663), Fraile (631), Barrera (549) y los dos futbolistas anteriormente mencionados. Por debajo de los once, Luis Hernández (365), Carmona (273) y Santi Jara (256) se han convertido en los recursos más utilizados por el madrileño ante los contratiempos derivados de lesiones o sanciones.
No hace muchos meses el concepto de once ideal se había convertido en poco menos que una utopía para Sandoval, que llegó a utilizar más de treinta futbolistas en una temporada extraña, ruidosa y convulsa. Veinticinco jornadas tardó el técnico -desde el encuentro frente al Almería hasta la visita del Guadalajara a Gijón- en repetir equipo. Seis larguísimos meses de competición discurrieron hasta aquel partido. Era otra historia, otro proyecto.
Fuente y foto: El comercio digital
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