lunes, 31 de marzo de 2014

Derrota ante las Palmas


Dos errores defensivos y la falta de acierto de la dupla serbia en el ataque fueron determinantes para la injusta derrota de los rojiblancos. El buen juego de los gijoneses no tuvo premio ante Las Palmas,  que solo tiró tres veces a portería y ganó con un penalti inexistente  
          
MANUEL ROSETY | | LAS PALMAS.-
El fútbol no fue justo en el Estadio de Gran Canaria. Las Palmas llegaba al partido en una racha extraordinaria, en la que incluía buen fútbol. El Sporting, en cambio, lo afrontaba tras unas semanas de dudas. El conjunto canario ganó (2-1) porque aprovechó mejor los errores de los gijoneses y porque contó con el beneplácito de un árbitro con tintes caseros, que tiró por la calle del medio a la más mínima duda, como fue la determinante caída de Masoud. Si a ello se suma que la pareja serbia no tenía bien el punto de mira, la conclusión es la de una inmerecida derrota. Incluso el empate hubiera sido injusto.

Sandoval apostó por la pareja serbia en el ataque, aunque Scepovic actuaba escorado a la izquierda. En este caso, la posición pegado a la banda fue excesiva. El resto fueron los previstos, con Bustos dando solidez por delante de la zaga, flanqueado por Sergio y Cases. En el conjunto canario, Lobera repitió los de las últimas jornadas, con Valerón de pivote y movilidad en sus delante estos, con un 4-4-2 muy dinámico.
Las Palmas asumió el mando del partido en los compases iniciales, en la que los gijoneses pasaron algunos apuros esporádicos, pero sin que se produjesen disparos a la portería de Cuéllar. Las imprecisiones crearon algunos problemas, sobre todo por la zona de Luis Hernández. Su primer despiste provocó un contraataque y en el segundo llegó la amonestación de Sergio.

Sin embargo, el conjunto canario daba aspecto de tener cierto miedo. El campo grancanario enmudeció cuando a los cuatro minutos pudo marcar el Sporting, en un pase de Bustos, con asistencia de Lora que Lekic remató al larguero. Era más fácil haber marcado. Poco después, tras un saque de banda, Sergio se encontró con un balón al segundo poste, pero tiró fuera con media portería vacía.

El partido se había equilibrado, aunque Las Palmas se aceleró a más, si bien sin peligro para Cuéllar. Solo las imprecisiones por un juego arriesgado sembraban cierto desconcierto en las filas gijonesas. También se producían algunas faltas tan absurdas como peligrosas, con exceso de riesgo.

En la última fase del primer tiempo, el juego resultó más embarullado. Aranda cayó en el área, sin ningún síntoma de punibilidad en sus pugnas con Mandi. Los canarios llegaron al descanso con el control del partido, pero su principal peligro llegó en tiros lejanos y mal dirigidos.

Sin acierto
En el inicio del segundo tiempo, el Sporting dio imagen de salir mas enchufado, además de apreciarse temor en las filas locales antes la presencia de Scepovic y Lekic. Los serbios sembraron los primeros silencios de este tiempo en el Estadio de Gran Canaria. Barbosa se lució dos veces ante Lekic, al anticiparse en un centro pasado de Scepovic hacia su compatriota y luego en otro disparo a bocajarro, sin serenidad en el momento del disparo.

Y del posible gol a favor del Sporting, se llegó al primer tanto de Las Palmas, nacido en errores a la hora de alejar el balón de la zaga gijonesa. Por querer jugarlo bonito y aplicar un juego combinativo, Scepovic retrasó un balón, que acabó en un magnífico servicio a Aranda, cuyo disparo cruzado se le escurrió por debajo del cuerpo a Cuéllar.

El Sporting ponía el juego, con una gran labor de Lora, mucha presencia de Nacho Cases y un trabajo oscuro de Bustos, mientras que veía menos lúcido a Sergio, a quien le pesó la tarjeta tan tempranera. Las Palmas aplicó una fuerte presión en todo el campo, para intentar que los rojiblancos no se sintieran cómodos para conducir el balón.

Lobera tuvo que hacer un cambio por lesión, al romperse el lateral Dani Castellano. El técnico local pasó al diestro Ángel a la izquierda y dio entrada a Deivid en la derecha. El resto siguió igual, con la intención de tener controlado el marcador, pero no el juego.

Sandoval hizo un doble cambio asumiendo más riesgos. Situó a Isma López en el puesto de Canella, con una clara tendencia ofensiva, y dio entrada a Carmona en una zona híbrida. La variante fue afortunada, porque a los dos minutos llegó el empate, en un pase en profundidad a Scepovic, en el que Lekic aprovechó la solidaridad de su compañero.

El Sporting, lejos de conformarse, buscó el triunfo, lo que llevan aparejados riesgos añadidos, aunque casi siempre, los peligros para Cuéllar se producían después de malos pases y frágiles despejes. En uno de ellos se produjo un zarpazo de Javi Castellano que dio en la madera de la portería rojiblanca. Antes, Lekic había tenido otra ocasión, pero esta vez fue invalidada por un fuera de juego.

Cuando el partido empezaba a entrar en su última fase seis produjo la jugada polémica de la mañana. Tras otro mal despeje de la zaga gijonesa, Masoud se internó en el área perseguido por Mandi. El central canario tocó al iraní, quien se dejó caer. Muy poco contacto para una caída poco clara. El manchego Arcediano Monescillo, que estuvo todo el partido con tintes caseros, no dudo en señalar penalti, ante la desesperación de la defensa gijonesa. Momo, especialista en este tipo de lanzamientos, no falló y adelantó de nuevo a los canarios en el marcador.

En el último tramo, Lobera optó por hacer cambios para frenar el ritmo del juego, pero no lo lograba con los rojiblancos, cuyo ataque fue poco preciso, sobre todo en el remate, porque en los últimos minutos aún dispusieron de dos ocasiones de disparo en las que faltó puntería.

El Sporting mereció más en el campo canario. Bastante más. Los gijoneses jugaron mejor, controlaron el centro del campo y su imagen fue la de un aspirante. Esta vez, Sandoval convenció con su planteamiento y acertó en la elección. Quedó claro que, pese a la falta de definición, los dos jugadores serbios deben jugar juntos. Siempre. Solo con su presencia asustan al rival y lo obligan a fijar unas vigilancias que permiten la apertura de espacios libres. En este caso, también influyó la consistencia de Bustos, quien aún no está a tope de sus posibilidades, con un trabajo de Lora, el mejor del partido, que fue espectacular. En el centro del campo, el equipo rojiblanco supo aprovechar que Valerón tiene un gran calidad, pero jugó muy tapado en el doble pivote, además de haberse dejado notar que Las Palmas sufre en defensa.

Pese a la derrota, el equipo rojiblanco dejó constancia de que tiene mucho que decir en las diez últimas jornadas. Si mantiene este tono de juego, el ascenso es muy viable. Hacen falta pulir detalles concretos de puntería y precisión en los pases, pero este Sporting es el equipo sólido que espera la afición rojiblanca y que tiene condiciones para volver Primera.


Fuente: Comercio Digital
Fotos: Lne

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