Víctor RIVERA El Sporting eligió el mejor día para lanzar un mensaje de autoridad. Lo hizo ante uno de los equipos que más se ha movido en el mercado de invierno, lo que siempre es un síntoma de inseguridad. El Sporting, que de un tiempo a esta parte apuesta por la estabilidad, escogió otro camino para asentar su futuro. En una semana trascendente, renovó a Nacho Cases y Lora, acordó la continuidad de Scepovic y fijó fecha para la negociación con Álex Barrera. La semana fantástica del sportinguismo culminó con una victoria autoritaria que confirma a los rojiblancos, no ya como aspirantes, sino como favoritos a alcanzar el objetivo final del ascenso. El Sporting derrotó al Mallorca, al que redujo a la mínima expresión, pero castigó la moral de todos sus rivales directos.
El mensaje que lanzan los de Sandoval es muy diferente al que emite el Deportivo de La Coruña, el único equipo que ha fichado más que el Mallorca. Por algo será. Mientras los de Fernando Vázquez han convertido cada victoria en un sufrimiento y apoyan muchos de sus triunfos en esa tendencia arbitral a favorecer al grande, el Sporting se ha convertido en un visitante temible, capaz de sacar petróleo de cualquier campo.
El trabajo aún no está rematado, pero el camino parece bien asfaltado. El Sporting tiene algunas citas trascendentales en su futuro inmediato que conviene despachar antes de echar las campanas al vuelo. Si mantiene el nivel demostrado ayer en Son Moix, sus rivales no lo van a tener nada fácil para alejar a los rojiblancos de su objetivo. Sandoval tiene que aprovechar la inercia y pulir algún detalle más para que su equipo siga creciendo hasta alcanzar la meta final.
El Sporting aguanta el tipo en la fase más exigente del calendario. Los rojiblancos se están confirmado como un equipo bien armado, con un sólido esqueleto y un puño de acero. Marcó tres goles en Son Moix, pero mereció alguno más. El Mallorca, con una alineación plagada de jugadores de lustre, quedó reducido a la mínima expresión ante un conjunto rojiblanco que le superó en todas las facetas del juego. Incluso Cuéllar, acudió puntual cuando fue requerido. En momentos clave realizó dos paradas que cambiaron la deriva del partido. Antes y después, sólo hubo Sporting.
Sandoval prescindió de Lekic para dar más vuelo al centro del campo. Entró Carmona en la línea de cuatro mediapuntas y jugó un papel crucial en la victoria del equipo. Su gol fue una obra de arte en dos actos. El preludio fue un hermoso pase de Nacho Cases al espacio con su pierna derecha, la misma con la que marcó el gol. El de La Arena es menos zurdo, para ser más completo. El segundo acto fue un desenlace magistral, una caricia al balón del extremo balear para superar a un Miño desvalido. Scepovic dio un paso al frente para jugar de espaldas y su rendimiento se resintió. El goleador hizo de Lekic, fue la pantalla receptora y lanzó a sus compañeros, pero apenas dispuso de ocasiones para el remate. Mención aparte merecen, los "yogurinos". Canella, Álex Barrera y Nacho Cases completaron un partido excelso. Les ayudó un Sergio que gana peso en el equipo.
Hay que reconocerle al técnico un planteamiento sin mácula, un estudio minucioso del rival y el diseño de un perfecto plan de ataque. Sandoval superó a Oltra y por ahí comenzó la victoria del Sporting.
El conjunto bermellón queda ya a seis puntos de los rojiblancos, a los que hay que añadir el golaverage. No es que el Mallorca esté eliminado, pero la herida es profunda. Las sensaciones que transmiten ambos equipos son muy diferentes. El Sporting, en concreto, es un equipo en crecimiento, con unas bases bien asentadas y con futbolistas de enorme talento que ya comienzan a sentirse importantes.
Sandoval le ganó la partida a Oltra con su buen planteamiento
Desde muy pronto, ya se vio que el Sporting no había viajado a la isla de turismo. Santi Jara y Bernardo despertaron a Rubén Miño, quien no pudo evitar que le amargaran la mañana. El Mallorca quiso hacerse valer, pero sólo acosó al Sporting en un lapso de cinco minutos en los que Cuéllar hizo la parada del día para ganarle un mano a mano a Alfaro tras un error de Sergio. Un lunar, en medio de un rosario de aciertos. Fue precisamente a partir del centrocampista avilesino, al que el fútbol le ha enseñado a no venirse abajo por pequeñeces, que vino el recrecido rojiblanco.
Las ocasiones se iban sucediendo hasta que llegó un gol de esos que siempre se han llamado psicológicos. Lo marcó Nacho Cases al filo del descanso. El gijonés recogió un centro de Carmona desviado por Cadamuro y cruzó el balón a la red con la derecha.
El Sporting controló el escenario en el arranque del segundo tiempo y no concedió demasiadas ocasiones. Hasta que se arrancó Canella, que nunca se va de Mallorca sin dejar su tarjeta. El capitán atacó la banda con decisión, desnudó la velocidad de Nunes y sorprendió a Miño por el palo corto. Como todos los suyos, un gol tan bonito como trascendente.
Con la tranquilidad de una ventaja suculenta, el Sporting dio un paso atrás que personificó Álex Barrera, sacrificado como pivote, labor que también desempeñó con nota. Oltra cargó con todo, multiplicó sus delanteros y desarmó la defensa. Sus argumentos se redujeron a algunos disparos lejanos. El susto llegó en una estrategia mal defendida. En una falta lateral, el Sporting consintió un barullo en el área pequeña. Cuéllar no la vio venir y el balón acabó en la red. Quedaba un minuto más el añadido y al sportinguismo no le llegaba la camisa al cuello. El Mallorca se lanzó a una presión suicida y ahí, el Sporting fue feliz. El equipo rojiblanco, que había tocado y combinado durante todo el partido, se dio un gustazo. Un resbalón inoportuno evitó que Lekic sentenciase unos segundos antes de la obra de arte firmada a dos manos por Nacho Cases y Carmona.
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Fotos: Real Sporting Web
Partidazo del Sporting ante el Mallorca. Nacho Cases celebró su renovación con gol incluido. A seguir asi , sumando de tres en tres .
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