sábado, 11 de enero de 2014

La escuela argentina de Cuéllar

«Me tienta envejecer en el Sporting. Llevo ya seis temporadas y no me arrepiento de ninguna», afirma el portero rojiblanco, seguidor del peculiar estilo de Navarro Montoya

JAVIER BARRIO | GIJÓN..-
Durante la pasada campaña, en mitad de una entrevista, aseguraba el singular Navarro Montoya con grandilocuencia que «el estilo del portero argentino llegó a España conmigo». 'Pichu' Cuéllar recuerda muy bien su extravagante figura. Y la de un jovencísimo y desconocido Leo Franco, quien estuvo en la otra portería de El Molinón el pasado domingo. Forman parte de aquel recuerdo futbolístico que representaba a Mérida, su localidad natal, en la Liga a finales de los noventa: «Era muy pequeño y los recuerdo un poco a ellos, también sé que estaba el padre de Stefan (Scepovic), pero no tengo la imagen física de él».

De aquella primera toma de contacto con el guardameta argentino, pionero en una forma muy reconocible de proteger la portería, surgieron algunos detalles que, con el paso del tiempo, se ven reflejados en Iván Cuéllar, quien dentro de eso, claro está, tiene su particular estilo. Pero hay ciertos rasgos que le delatan. Uno, el saque de puerta, tan reconocible como certero. Dos, la manera de afrontar un penalti. «Los porteros argentinos sobresalen en esto porque suelen aguantar mucho hasta el final y adivinan bastante el pensamiento del lanzador. ¿Cómo lo veo yo? Intento aguantar lo máximo posible y utilizar también un poco la lógica, pero al final es una lotería», confiesa.

Aunque no se reconoce a sí mismo como un 'parapenaltis', de momento ha detenido dos de los cinco que le han lanzado en lo que va de temporada, un más que aceptable registro. «La lástima es que el del Zaragoza no sirvió para evitar la derrota», lamenta. «En ese penalti utilicé un poco la lógica porque el partido estaba muy loco, era una ocasión muy importante para el rival y pensé que quería asegurarlo con el interior. También es verdad que la gente y el ambiente me ayudó mucho a llegar a ese balón porque tenía los pelos de punta y la sangre muy caliente. Hervía y eso me dio mucha fuerza para atajarlo», añade. Pero no pierde mucho tiempo en el partido del domingo. «No me gusta llorar porque las cosas pasan y hay que acatarlas lo mejor posible, sin más. Ahora hay otra batalla en Tenerife y hay que salir a ganar porque va a ser un partido muy duro en el que tendremos que vigilar mucho las contras», dice

Sentado en una silla, a la entrada de las oficinas de Mareo, sonríe. Y disfruta, siempre relativizándolo todo, de su mejor momento en Gijón. «Entiendo que estoy en un buen momento, que disfruto de continuidad y que tengo que aprovecharla día tras día», se limita a comentar. «Me veo en el Sporting el tiempo que pone mi contrato, me tienta envejecer aquí. Llevo seis temporadas y no me arrepiento de ninguna», reconoce.

A dos partidos de su récord

Los números revelan la importancia que él minimiza a este inicio de temporada. El reparto de minutos en la portería se ha convertido en un monopolio por el buen momento del extremeño, que hasta el momento ha dejado inédito a un guardameta de la talla de Alberto García, para quien la oportunidad se ha convertido en un angosto e inaccesible paso. Cuéllar cumplirá en Tenerife su partido número 21 esta temporada, pleno total y absoluto, y se quedará a tan sólo dos encuentros de igualar su mejor registro en el Sporting en una campaña. Pese a que ya cuenta su sexta temporada en Gijón, algunas de ellas marcadas por la gravedad de las lesiones que sufrió, nunca antes había superado la barrera de los doce partidos consecutivos. «No soy mucho de observar los datos. Hay etapas complicadas, que tienes que vivir, pero que te hacen madurar y ser más fuerte», reflexiona.

Fuente y foto: Comercio Digital

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