El Leganés puso fin a una racha de cuatro derrotas consecutivas con una inyección de moral en su espíritu. Las remontadas suelen provocar más alegrías que los triunfos sin épica. Éste, además, sirvió para acercarse a Europa, zona que delimita un Villarreal que en Butarque amagó con la victoria después de un pase fantástico de Trigueros que aprovechó Raba previo error en la salida de Cuéllar. Barbosa, en un gesto de generosidad involuntaria, también ayudó en el empate de Rico antes de que El Zhar, en la acción más vistosa de la mañana, pusiera la puntilla al triunfo. Gabriel zanjó la fiesta. Suma el Lega 20 puntos, a uno de un Submarino Amarillo otra vez gafado. Bacca se lesionó y añadió alquitrán a la primera derrota de Calleja lejos de su estadio. La enfermería del Estadio de la Cerámica seguirá, una semana más, con overbooking.
Fueron los comienzos ásperos. Como masticar alambre de espino sin un poco de agua (mejor caldito, atendiendo a las bajas temperaturas de la mañana). Tanto, que llegados al ecuador del primer tiempo, sólo había habido dos tiros por escuadra en un exceso de generosidad. Llamar tiro a los intentos balbuceantes de ambos equipos sobrepasaba con mucho las normas de la semántica.
La cosa se animó a la media hora coincidiendo, paradójicamente, con la lesión de Bacca, la última víctima de la maldición que asola al Villarreal. Un pinchazo en la parte posterior del muslo izquierdo lo arrancó del césped maldiciendo mientras se mordía de rabia la camiseta. Su adiós cambió el panorama. Aumentaron el ritmo y las ocasiones. El Leganés puso a carburar su banda diestra y, liderados por El Zhar y Tito, llegaron acercamientos firmados por Gabriel, Baeuvue y Symanowski. El Villarreal las tuvo con Fornals y Trigueros. Y en todas emergía como puñal un Bakambú hiperactivo e hipersilbado. Butarque pasó factura a su gol con la mano a los pepineros en el Madrigal la temporada pasada.
Fernández Borbalán fue el otro protagonista que escuchó la orquesta de viento pepinera. Pistolero con las tarjetas, fulminó la contra más clara del Lega por no aplicar una evidente ley de la ventaja. Error claro.
También lo fue la salida de Cuéllar en el 0-1 de Raba tras un pase virguero de Trigueros. Casi 40 metros de precisión para dejar al canterano sólo frente al extremeño, fuera de su arco. Regate y gol. No fue menos evidente la pifia de Barbosa en el empate de Rico, un centro cruzado al que nadie llegó. Tampoco el arquero. La bola entró pegada al palo y alimentó las esperanzas de un Leganés que se vio desahuciado. La resurrección la completó El Zhar en una contra fulminante, con filigrana dentro del área incluida. Bakambú tuvo el empate en el 91’, antes de que Gabriel rematara la faena en el 93’.
Fuente: As
Fotos: LFP
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